dimecres, 11 de novembre del 2009

Poderoso Caballero Es Don Dinero

Qué triste es que para poder sentirse atendido por un médico, incluso después de aportar al bien público, eso que llamamos SSocial, uno se tenga que pagar de su propio bolsillo la consulta.

No entro en la valoración de la profesionalidad del sujeto sino en el trato que éste presta a quines, como yo, van en busca de su conocimiento para calmar su preocupación en los pequeños achaques.

Y es que creo que estaría dispuesta incluso a perdonar un diagnostico erróneo, porque el error es la base de nuestra humanidad, pero nunca un mal trato entre iguales (porqué señor mío, no quiero aguarle la fiesta pero, le recuerdo que todos nacemos y morimos de la misma forma… por mucho papelito firmado por el Rey que tenga usted).

Y pienso, ¿por qué me frene ayer? ¿Por qué, al igual que él, no dije lo que me pasó por la cabeza?

Desgraciadamente, me dejé enmudecer por su mal hacer, por sus malas maneras y por el respeto que merece su bata blanca y el poder de su bolígrafo para otorgar en forma de recetas, pruebas e ingresos el pasaje de nuevo a la mejoría.

Lastimoso, al igual que penoso, que la mejor medicina para el enfermo, la dulzura en el trato, se deba comprar a golpe de euro, o siendo lo mismo a pase de de tarjeta de la correspondiente mutua, donde, a ciencia cierta, y camuflado en algunos casos de la mayor de las hipocresías, recibiremos el mejor remedio a nuestro males: La humanidad, solución a la epidemia mundial de nuestros días pero escasa como la vacuna de la gripe A.


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